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RESEÑA HISTÓRICA: MISIONES DOMINICAS EN LA AMAZONÍA PERUANA

INICIOS

A fines del siglo XIX la Amazonía Peruana era un territorio marginado y prácticamente desatendido por el Estado. Su colonización económica avanzaba de manera caótica y descontrolada, sus necesidades sociales se ignoraban, sus poblaciones originarias eran brutalmente explotadas y desplazadas a raíz de la industria cauchera y otras actividades extractivas. En el año 1894 el Papa León XIII dirigió a los obispos del Perú una carta, enfocando su atención hacia el Oriente de su país e invitándolos a evangelizar a los pueblos de la selva. En aquel tiempo, los misioneros franciscanos del Colegio de Ocopa ya estaban desarrollando actividad en las selvas de Junín y Ucayali, pero el alcance de su acción era aún bastante limitado. 

Caucheros en Shintuya. 1922.

 

En 1896 se celebró el Congreso de la Unión Católica, en el que participaron todos los obispos del Perú y representantes de todas las órdenes religiosas e instituciones católicas del país. Se acordó crear una institución para materializar lo recomendado por el Pontífice, dando así origen a la Obra de la Propagación de la Fe en el Oriente del Perú

 

El Papa bendijo esa obra y, dos años después, el consejo central de la obra, presidido por el obispo de Arequipa planteó hacer más extensiva su actuación, para lo cual fue escrita una misiva al presidente de la República. El 27 de octubre de 1898 Nicolás de Piérola aprobó por Decreto Supremo la creación de tres Prefecturas Apostólicas del Oriente, bajo el patrocinio eclesiástico. 

 

El 5 de febrero de 1900 la Santa Sede, a través del decreto de la Sagrada Congregación de Propagación de la Fe, instituyó en el Oriente Peruano las tres Prefecturas Apostólicas: la Septentrional, o de San León del Amazonas, a cargo de los Ermitaños de San Agustín (agustinos); la Central, o de San Francisco de Ucayali, a cargo de los Frailes Menores (franciscanos); y la Meridional, o de Santo Domingo del Urubamba, a cargo de la Orden de Predicadores (dominicos). 

 

El mismo año de 1898 el Promotor Apostólico de la Obra en Perú dirigió una carta al provincial de los dominicos peruanos invitándolos a participar en la obra de evangelización. Después de someter la propuesta al parecer del consejo provincial, para la exploración del nuevo campo de misión fue designado fray Ángel Arteta, quien recorrió la región de Paucartambo (parte oriental del departamento de Cusco), presentando un importante informe sobre lugares, ríos y primeros contactos con los nativos. 

 

A su vez, el provincial de Perú comunicó esta invitación al Maestro de la Orden, P. Andrés Frühwirth, quien en 1901, accediendo al llamado del Papa León XIII, aceptó la Prefectura Apostólica de Urubamba y Madre de Dios. Esta Prefectura del Urubamba comprendía “la extensión del mismo río y todos sus afluentes, más los valles de la región oriental que vierten sus aguas a los ríos de Bolivia, hasta la frontera misma de esta nación con el Perú. Por el norte, no más allá de la confluencia de Urubamba y Tambo” (Esponera 1991, p. 326).

Padres dominicos Palacios, Cuesta y Zubieta en Lima en 1902

 

En diálogo con el provincial de la provincia misionera del Santísimo Rosario de Filipinas, el Maestro de la Orden propuso a la Santa Sede para el cargo de Prefecto Apostólico de las misiones en el Perú al P. Ramón Zubieta y Les, con una larga experiencia previa de labor misionera en Filipinas. En 1902 el P. Zubieta arribó a Perú con otros dos misioneros, los PP. José María Palacio y Francisco Cuesta. Con el apoyo de algunos frailes peruanos, ellos realizaron las primeras incursiones en las cuencas del Urubamba y el Madre de Dios, estableciendo los dos primeros puestos misionales: el de Chirumbia en el Urubamba (18 de mayo de 1902) y el de Asunción en el alto Madre de Dios (14 de julio de 1902). 

Nativos matsigenka en la misión de Chirumbia en 1916

 

En el informe del P. Ramón Zubieta con fecha de 4 de agosto de 1906, quedaban de manifiesto las escasas fuerzas con las que contaba: tan solo cuatro sacerdotes y cuatro hermanos de obediencia, después de la muerte de alguno de ellos, y de la enfermedad de otros. Ante la inmensidad de la tarea y los limitados medios, el P. Ramón Zubieta exponía en repetidas ocasiones el problema ante su superior Provincial.

 

La Provincia de España asume las Misiones del Urubamba y Madre de Dios

 

Considerando la imposibilidad de que la Provincia de Filipinas pudiera enviar más religiosos, el Maestro de la Orden, Fray Jacinto M. Cormier O.P., acudió a la provincia de España, para que asumiera como propia la ingente tarea evangelizadora en la selva peruana. El 10 de octubre de 1906 la Provincia de España, siendo provincial el Beato Fray Vicente Álvarez Cienfuegos O.P., aceptó el encargo y destinó formalmente a Perú a seis primeros religiosos, quienes arribaron en el Puerto de Callao el 24 de noviembre de 1906: Fray Juan Suárez Dóriga, Fray Enrique Sánchez, Fray Guillermo del Campo, Fray José Pío Aza, Fray Elicerio Martínez, y el hermano de obediencia Fray Pedro Serna.

 

En 1912 P. Ramón Zubieta comenzó a denunciar la dura opresión a la que estaban sometidos los indígenas por parte de sus patrones, y pidió al gobierno que tomara medidas frente a ello. Su denuncia contaba con el gran respaldo del Papa Pío X, quien aquel mismo año publicó la encíclica Lacrimabili statu Indorum (Lamentable estado de los indios), en la que reprobaba las condiciones inhumanas en las que vivían los indios de la Amazonía.

Padre Ramón Zubieta en la misión de Chirumbia. Década de 1910.

 

Este mismo año de 1912, el Santuario de Santa Rosa en Lima fue entregado por el gobierno a las misiones dominicas del Madre de Dios y Urubamba. Estando en Europa el P. Zubieta, el 4 de julio de 1913 el papa Pío X elevó la Prefectura Apostólica de Santo Domingo de Urubamba a Vicariato Apostólico de Madre de Dios, y al P. Ramón Zubieta le fue asignado el cargo de Vicario Apostólico, con el título de Obispo de Adra. Fue consagrado obispo en Roma el 15 de agosto de 1913. En esos mismos años fue creado el Vicariato de Santa Rosa.

 

Expansión y consolidación

 

Poco a poco, a lo largo del siglo XX, se iban creando centros misionales dominicos en la Amazonía, la mayoría de ellos a orillas de los grandes ríos. Algunas de esas fundaciones resultaron efímeras a causa de las condiciones naturales poco favorables o carencias de infraestructura y comunicación. 

 

De las dos primeras misiones antes mencionadas, la de Asunción fue trasladada en 1908 por el P. Pío Aza al Manu. Poco después, en 1910, el mismo misionero instaló una nueva misión, la de San Jacinto de Puerto Maldonado, cuando el declive del caucho comenzaba a dar sus primeras muestras. En 1912 este pequeño poblado fue nombrado capital del recién instituido departamento de Madre de Dios. 

Misionero dominico en la puerta de una capilla a orillas del río Manu. 1918.

 

Otro centro urbano importante de esa región es Quillabamba, capital de la provincia de la Convención, en el departamento de Cusco, cuya Parroquia de la Inmaculada Concepción fue entregada a los dominicos en 1913. 

 

Un hecho de especial relevancia se dio en 1915, cuando llegaron a Puerto Maldonado las primeras religiosas dominicas provenientes de España, entre ellas la Madre Ascensión Nicol, quien, junto con Mons. Zubieta, fundó en 1918 la Congregación de Misioneras Dominicas del Santísimo Rosario.

Misioneras dominicas con niñas del colegio en Puerto Maldonado. 1926.

 

Este mismo año 1918, fray José Pío Aza creó su tercera misión, San José de Koribeni, con los nativos matsigenka del Alto Urubamba. Inicialmente emplazada en la confluencia del río Koribeni con el Urubamba, fue trasladada en 1944 a su ubicación actual, en la margen derecha del Urubamba. 

 

Mons. Zubieta falleció en 1921, siendo sustituido en el cargo de Vicario Apostólico por Mons. Sabas Sarasola Esparza. La expansión de la obra misional dominica se iba ampliando notoriamente con la creación de instituciones educativas, hospitales, centros de asistencia médica y social, estaciones de radio y otros servicios comunitarios, de los que carecían esas zonas. En muchos lugares los misioneros han oficiado como defensores de derechos de los indígenas y mediadores entre la población local y las grandes empresas.

Misión de Koribeni en 1938.

 

Probablemente la figura más carismática en la historia de las misiones es el P. José Álvarez Fernández (1890-1970), llamado por los nativos Apaktone, “papá anciano”. Nacido en Asturias, llegó a Perú en 1917 y dedicó a la labor misionera el resto de su vida, viajando incansablemente por el río Madre de Dios y sus afluentes, entablando amistad con los grupos nativos y ayudándoles a superar las consecuencias de la invasión cauchera. Es reconocido por la Iglesia Católica como Siervo de Dios y se encuentra en proceso de beatificación.

Padre José Álvarez, el Apaktone, con los amarakaeri. 1958.

 

Hitos cronológicos

 

Destacamos algunos hechos cronológicos de mayor relevancia:

 

• En 1933 se crea un hospital provisional en Quillabamba, atendido por las misioneras dominicas. A fines de esa década se construye el actual hospital, bajo la administración de Mons. Sarasola.

 

• En 1938, Mons. Sarasola llega a un acuerdo con la Provincia de España, por el cual ésta cede al Vicario Apostólico la Escuela Apostólica de Villava y el Colegio de Vergara para implementar ahí seminarios misioneros. Se crea así en 1940 el Seminario Hispano Americano de Misiones en Villava, de gran trascendencia en el futuro del vicariato.

 

• En 1944, año en que muere Mons. Sarasola, la Sagrada Congregación de Propagación de la Fe amplía los límites del vicariato anexionándole la zona de Quincemil y modificando sus límites territoriales. 

 

• En estas primeras décadas, son creadas varias misiones provisionales en el departamento de Madre de Dios: Pantiacolla, Santa Rosa del Tahuamanu (posteriormente trasladada a Iberia), El Lago Valencia y El Pilar. 

Inicios de la misión del Lago Valencia. Década de 1930.

 

• A inicios de 1940, los PP. José Álvarez y Gerardo Fernández organizan las expediciones al río Colorado, en las que se produce el contacto con las distintas parcialidades del pueblo “mashco” o harakbut. Fruto de ello, se funda en 1944 la Misión del río Kaychihue, posteriormente trasladada al río Palotoa y, por último, en 1958, a su actual ubicación a orillas del río Shintuya. 

Padre José Álvarez, el Apaktone, con los nativos de Shintuya. 1958.

 

• La presencia misionera en el Bajo Urubamba se inicia en 1948, con la fundación de la misión El Rosario de Sepahua (departamento de Ucayali, provincia de Atalaya) por el P. Francisco Álvarez. Asentada en el territorio de la etnia yine, atiende además a los grupos amahuaca, yaminahua, matsigenka, asháninka, caquinte, yora y a colonos andinos de la zona. La presencia misionera se amplía también a la Provincia del Purús.

 

• En 1949, se establece el nombre definitivo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.

 

• En 1953, Mons. Javier Ariz funda la Asociación de Misioneros Seglares (MISEMA), a fin de traer a la selva personal seglar que se dedicara íntegramente a labores educativas. Con este personal docente se crea primero el Grupo Móvil de Educación de la Selva, que después dará origen al Convenio Red Escolar de la Selva del Sur Oriente Peruano (RESSOP).

 

• El 30 de julio de 1953, se funda la misión San Pedro Mártir de Timpía, en el Bajo Urubamba. La presencia dominica en esta región se consolida en 1961 con la apertura de la misión del Piccha, posteriormente trasladada a su actual ubicación en Kirigueti. Ambas misiones, ubicadas en el distrito de Megantoni, atienden comunidades de las etnias matsigenka, asháninka, caquinte, yines, nantis, y kirineri. 

Casa de la misión en Timpía, alrededor de 1960.

 

• En 1957 se lanza la estación de radio Madre de Dios.

 

• En 1966 inicia sus transmisiones Radio Quillabamba.

 

• En 1969, se vuelven a ampliar los límites del vicariato, incorporando una parte del territorio de la provincia de la Convención, que pertenecía antes al Arzobispado de Cusco. Ese mismo año se establecen los primeros conventos en el vicariato en Puerto Maldonado, Quillabamba y el Santuario de Santa Rosa de Lima.

 

• En 1985, siendo obispo Mons. Juan José Larrañeta, se funda el seminario diocesano en Puerto Maldonado para la promoción de las vocaciones de sacerdotes diocesanos. 

 

• En 1994, Mons. Larrañeta funda el Monasterio de Clausura Nuestra Señora del Rosario en Quillabamba.

 

• En la década de 1990, con el impulso del obispo Mons. Larrañeta, así como de algunos misioneros, son implementadas importantes obras sociales: Proyecto Integral de Salud de la Amazonía Peruana (PISAP), Cáritas Puerto Maldonado (sede Quillabamba), Cáritas Madre de Dios (sede Puerto Maldonado), residencias de estudiantes de secundaria y un programa de becas para estudios superiores. 

 

• En los últimos años del siglo XX, los Maestros de la Orden PP. Damián Byrne y Timothy Radcliffe promueven una mayor cooperación e integración de todos los dominicos que trabajan en Perú. Fruto de esos esfuerzos nace el Consejo Nacional de Entidades Dominicanas (CONED). A raíz de ello, las vocaciones que postulan para la labor misional en el Vicariato Regional de los Misioneros Dominicos, se integran en las casas de formación de la Provincia Dominicana de San Juan Bautista de Perú. 

 

• El 6 de diciembre de 2000, coincidiendo con la celebración del centenario de la presencia de la Orden en la selva peruana, se concluye la fase diocesana del proceso de canonización de Mons. Zubieta. 

Placa en memoria del Monseñor Zubieta en el Santuario de Santa Rosa en Lima

 

• En 2002 empieza a funcionar Radio Sepahua.

 

• El 14 de mayo de 2006, el Papa Benedicto XVI beatifica a la primera religiosa que entró en la selva, la Madre Ascensión Nicol Goñi, cofundadora de las Misioneras Dominicas del Rosario.

Madre Ascención Nicol

 • El 6 de septiembre de 2007, en el Santuario de Santa Rosa, se lleva a cabo la sesión solemne de apertura del Proceso de Beatificación del Siervo de Dios P. José Álvarez, Apaktone.

 

• El 4 de agosto de 2017, el Maestro de la Orden fray Bruno Cadoré suprime el Vicariato de Santa Rosa de Lima en Perú, dando así por finalizada la presencia de la Provincia de Hispania en la Amazonía Peruana, cuyas misiones son traspasadas a los dominicos del Perú. Con ello no cesa su apoyo de los dominicos españoles a las misiones, pues poco antes, el 15 de marzo de 2017, se firmó un acuerdo marco de colaboración entre la Provincia de Hispania y la de San Juan Bautista del Perú, para proporcionar durante diez años el apoyo y la continuidad de la misión dominica en la Amazonía. 

 

En este camino, es preciso destacar la gran relevancia de la institución creada en Madrid el año 1966 por la Provincia de España, bajo el nombre de Secretariado de Misiones Selvas Amazónicas, actualmente conocida como “Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas”. Fue fundada por el P. Francisco Arias para apoyar la labor evangelizadora, social y humanitaria de los misioneros del Vicariato de Santa Rosa en Perú, y después extendió su colaboración a los Vicariatos de Centroamérica, República Dominicana, Cono Sur (Uruguay y Paraguay) y a la Parroquia Santa Maravillas de Jesús en Malabo, Guinea Ecuatorial. 

 

Aporte cultural

 

Durante más de un siglo de su existencia, las misiones dominicas de la Provincia de España en la Amazonía Peruana acumularon amplios acervos de alto valor histórico y cultural: colecciones etnográficas, archivos fotográficos y documentales, materiales audiovisuales y publicaciones impresas. Para conservar este amplio patrimonio cultural y ponerlo al servicio de la comunidad, se creó primero el Museo de la Granja de Misiones en Quillabamba (décadas de 1930-1970), con el Ing. Christian Bües, y después el Museo Etnográfico en el Jardín de Santa Rosa en Lima (décadas de 1960-1980). Posteriormente, en el año 2003, fue inaugurado en Lima el Centro Cultural José Pío Aza, que lleva el nombre de uno de los primeros misioneros, estudioso y gran conocedor de las etnias nativas (1865-1938). En el local del centro, situado al lado del Santuario de Santa Rosa, el mismo año abrió sus puertas el Museo Etnográfico Amazónico. Posteriormente, en 2018, el centro junto con el museo fue traspasado a la Provincia del Perú.

Elaboración de cerámica yine en Sepahua. 1960.

La institución Selvas Amazónicas conserva en Madrid buena parte de los materiales y archivos que narran la historia de las misiones y las etnias nativas que las albergaron. A partir de esos materiales, junto con algunos acervos que existen en el Perú, se ha creado este Museo Virtual. 

 

Literatura de interés

 

ÁLVAREZ PERCA, Guillermo, O.P. 2001. Primeros pasos de las Misiones Dominicas de Urubamba y Madre de Dios. Lima: Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.

 

ARÉVALO C., José María. 1970. Los dominicos en el Perú (Visión histórica). Lima: Impr. Ed. San Antonio.

 

BARRIALES, Joaquín, O.P. 1973. Apaktone. Vitoria: Secretariado de Misiones Dominicanas.

ESPONERA CERDÁN, Alfonso. 1991. El corte en la roca: memorias de los Dominicos en América (Siglo XVI-XX). Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas.

 

FERNÁNDEZ MORO Wenceslao, O.P. 1952. Cincuenta años en la Selva Amazónica. Madrid: Imprenta Juan Bravo.