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PADRE RICARDO ÁLVAREZ LOBO (1925-2013): MISIONERO DOMINICO Y ANTROPÓLOGO

RESEÑA BIOGRÁFICA


El Padre Ricardo Álvarez Lobo nació el 11 de enero de 1925 en un pequeño pueblo llamado Nembra, en Asturias (España), donde transcurrió su niñez. Fue hijo de un minero llamado Antonio y su esposa Manuela, siendo el segundo de nueve hermanos. De pequeño, vivió las situaciones políticas convulsas que sacudían, una tras otra, su tierra natal: primero, la dictadura fascista de Primo de Rivera (hasta 1930); después, la República y la violenta revolución de Asturias (1933); y a partir de 1936, la guerra civil española.


En 1939 ingresó al Seminario de los dominicos en Corias (Asturias), donde cursó sus estudios de escuela secundaria. Aquel año comenzó la Segunda Guerra Mundial, el tercer conflicto bélico que el P. Ricardo experimentaba en su infancia y adolescencia. En 1944 ingresó al Noviciado de los dominicos en Salamanca, y al año siguiente inició sus estudios de Filosofía en Vergara (País Vasco). En 1946 se trasladó a Las Caldas de Besaya (Cantabria) a fin de continuar sus estudios eclesiásticos, los cuales concluyó en Salamanca. Fue ordenado sacerdote en esa misma ciudad el 23 de marzo de 1951, y al año siguiente partió hacia el Perú para incorporarse a las misiones, saliendo en barco de Santander el 15 de julio y llegando al puerto del Callao el 3 de agosto. 

Padre Ricardo Álvarez Lobo. 1953.


Una vez en Perú, fue destinado a una misión nueva, que se había fundado apenas cuatro años antes, llamada El Rosario de Sepahua (sur de Ucayali). Aquel primer viaje por tierras peruanas, lo hizo desde Lima vía Pucallpa y Atalaya, para llegar 28 días después a la Misión de Sepahua, en la cual residió luego la mayor parte de su vida como misionero. 


A inicios de la década de 1950, la región del Alto Ucayali vivía una realidad bastante conflictiva, totalmente dominada por el sistema esclavista de las haciendas, y la Misión de Sepahua constituía el único espacio libre para las poblaciones nativas de la zona, y también el único punto donde la población indígena podía acceder a servicios básicos de educación, salud y agricultura. La misión surgió con los objetivos de evangelizar la región del Bajo Urubamba, abolir la práctica de trata de personas, transformar el sistema socio-económico dominado por las haciendas, establecer la vigencia de los derechos humanos y promover el desarrollo integral de los indígenas que habitaban ahí (los yine, los matsigenka, los ashaninka, los yaminahua y los amahuaca). El P. Ricardo se involucró en esos procesos de manera decidida, hasta que se lograra la abolición del sistema social feudalista a finales de la década de 1950. 


En 1958 fue nombrado capellán de la Colonia Penal del Sepa, ubicada en las cercanías de Sepahua, atendiendo no solamente a la población del penal, sino también a los habitantes de los poblados, las comunidades y los caseríos de la zona. Su trabajo abarcaba una amplia región comprendida desde la boca del río Pakiría (selva del Cusco) hasta la formación del río Ucayali, confluencia de los ríos Tambo y Urubamba.

 

Padre Ricardo Álvarez con un grupo de nativos amahuaca. 1959.


En 1970 el P. Álvarez viajó a España para tomar un descanso tras dieciocho años de trabajo en la misión. Dada su destacada inquietud por los estudios etnográficos y culturales, los dominicos le propusieron que estudiara posgrado en antropología. Dado que esa posibilidad no existía entonces en ninguna universidad española, se fue a París, la ciudad donde los estudios antropológicos estaban más desarrollados.


Para ingresar a La Sorbona, el P. Ricardo fue entrevistado por Claude Lévi-Strauss, el máximo exponente de la antropología estructural en Europa, quien lo recibió en su despacho. El afamado antropólogo pudo comprobar el enorme bagaje que poseía el P. Ricardo de convivencia con pueblos indígenas, a lo que se sumaba la experiencia positiva que Lévi-Strauss había tenido con los misioneros en Brasil cuando realizaba sus investigaciones sobre los indios bororo. Su primera propuesta fue que el P. Álvarez estudiara lingüística, disciplina a la que Lévi-Strauss daba gran importancia. De todos modos, el P. Ricardo decidió seguir con su idea inicial de estudiar antropología.


Ingresó al programa de Doctorado en la Universidad Paris VII, parte de La Sorbona. Allí pasó años apasionantes, con destacados profesores, entre los cuales, además del ya mencionado Lévi-Strauss, estaban Alfred Métraux, Roger Bastide, Julian Pitt-Rivers y Maurice Godelier. El profesor Pitt-Rivers fue su primer tutor.


En 1972 el P. Ricardo inició su trabajo de la Tesis de Doctorado, con el tema “Las estructuras sociales, políticas y económicas de los Piros”, siendo su primer asesor el profesor Julian Pitt-Rivers, a quien luego reemplazó Maurice Godelier. Intervinieron en el proceso también otros profesores de renombre, como Ruggiero Romano y Olivier Dollfus. 

Padres Ricardo Álvarez y Venancio Ruiz al lado de una avioneta. 1983.

 

Concluidos sus estudios y obtenido el grado de Doctorado, Ricardo Álvarez regresó a Perú, reincorporándose a la Misión de Sepahua, donde permaneció de forma ininterrumpida hasta 1990. Además del Doctorado en Antropología, obtuvo otros títulos como Maestro en Sagrada Teología (concedido por la Orden de los Dominicos), Licenciado en Educación por la Universidad Champagnat de Lima y cursó Diplomaturas en la Universidad San Martín de Porres y la Pontificia Universidad Católica del Perú.

 


En sus años de estancia en Sepahua, además de su intenso trabajo como misionero, desempeñó algunos cargos y actividades de suma importancia, como ser el primer alcalde de la Municipalidad Distrital de Sepahua, profesor y director del Colegio “P. Francisco Álvarez”, cofundador del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) en 1974, fundador y director del Centro de Estudios Sociales Sepahua (CESSS) en 1985, creador y editor de la Revista “Antisuyo” y de los boletines “Slopa” y “AMI” (Asociación de Maestros Indígenas). 

 

Padre Ricardo Álvarez con una pieza de cerámica yine. Años 2000.

 

En 1990, cuando el P. Ricardo había cumplido ya 65 años, y llevaba 38 de ellos como misionero en la Amazonía Peruana, sus superiores le sugirieron que se trasladara a Lima, a fin de sistematizar sus estudios antropológicos e históricos. En esos años intensificó su actividad en otros campos: formación y asesoramiento a los pueblos indígenas amazónicos, edición de una amplia producción bibliográfica, organización del archivo documental y fotográfico de los misioneros dominicos, fundación del Centro Cultural José Pío Aza y su Museo Etnográfico (2003), labor en la comisión y las mesas de diálogo encargadas de investigar los sucesos de Bagua (2009-2010) y participación constante en eventos académicos nacionales e internacionales.

 


El día 16 de mayo del 2013, con 88 años de edad, el P. Ricardo Álvarez falleció en la ciudad de Lima. Sus restos fueron incinerados y las cenizas depositadas en los dos lugares más importantes de su vida: en Nembra, su pueblo natal, y en Sepahua, “su Misión”.

RECONOCIMIENTOS Y PRODUCCIÓN BIBLIOGRÁFICA

 

El P. Ricardo llegó a dominar perfectamente el idioma yine (o piro), y se identificó de tal manera con esa etnia que era conocido por sus compañeros y amigos con el apelativo de “El Piro”. De hecho, en diversas ocasiones sus profesores en París le decían que resultaba complejo comprender su pensamiento antropológico, pues en algunas ocasiones plasmaba una visión del mundo profundamente indígena y en otras se guiaba por el pensamiento occidental.

 


El legado bibliográfico del P. Ricardo es amplísimo. Escribía y publicaba desde 1953 hasta 2013, es decir, a lo largo de los 60 años de su vida misionera, abarcando una enorme diversidad de temáticas, siempre referidas a las realidades amazónicas. Ha escrito más de 200 artículos, que salieron en diversas revistas y boletines, además de ocho libros (varios de ellos contienen múltiples volúmenes), que enumeramos aquí: 

• “Catecismo Castellano-Piro” (1959)

• “Los Piros. Mitos, Leyendas y Cuentos” (1960)

• “Los Piros. Hijos de Dioses” (1970)

• “TSLA. Estudio Etno-histórico del Urubamba y Alto Ucayali” (1984)

• “Historia de Sepahua”. 11 Volúmenes (1996-2003)

• “Slopa. Boletín de las Comunidades. 1980-1989”. 3 Volúmenes (2008)

• “Sepahua, viviendo la esperanza” (2009).

• “El otro es mi espejo” (2012)

Libro de Ricardo Álvarez "Los piros". 1960.

 


En el año 2016, de manera póstuma, el Centro Cultural José Pío Aza publicó todos sus artículos bajo el título “Ensayos Amazónicos”, compilados en tres volúmenes: “Ensayos Misioneros” (Vol. I), “Ensayos de Etno-Historia” (Vol. II) y “Ensayos Indigenistas” (Vol. III).

 


En la figura de este gran misionero encontramos múltiples facetas -sacerdote, religioso dominico, misionero, hombre apasionado por la Amazonía, indigenista-, pero su principal pasión ha sido la antropología, de modo que prácticamente todos sus escritos están situadas en ese ámbito.

Primer número de la revista "Antisuyo", fundada por Ricardo Álvarez en 1978.

 


Durante las décadas de 1950 y 1960 el P. Ricardo concretó muchos estudios de carácter etnográfico, que fueron publicados en la revista “Misiones Dominicanas del Perú”. Tras culminar su Doctorado en Antropología en París, su obra se distanció de la etnografía descriptiva para adentrarse en el análisis antropológico del contexto amazónico, centrado especialmente en su campo de misión. 

 


Esta amplia producción intelectual revela unas líneas fundamentales de su pensamiento como investigador. Aunque claramente influenciado por la corriente estructuralista, el P. Ricardo Álvarez Lobo no solamente ha logrado crear líneas de pensamiento propias y originales en su aplicación al mundo amazónico, sino que, además, ha sabido darles la permanencia en el tiempo.

Padre Ricardo Álvarez Lobo. Años 2000.